Al profesarle su amor a la
Virgen Morena decenas de personas,
realizaron una perenigración por diversas
calles de la colonia Cascajal, con la imagen de la Madre de Dios cargada en
hombros y cantándole, Desde el cielo una hermosa mañana la Guadalupana, la Guadalupana………,
que no ceso durante todo el camino.
Como parte de las festividades
del 12 de diciembre organizada por la parroquia que comenzó un día antes por la
noche con las mañanitas, alrededor de las 17:00 horas feligreses católicos
iniciaron
el trayecto desde la Iglesia San Juanita que duro poco más de una hora, finalizando
con una misa, una representación de la aparición por niños que cursan el catecismo
y un rosario en su honor.
El honor de alzar sobre los
hombros a la imagen venerada de la Virgen de Guadalupe, fue compartida durante
el camino, mientras se rezaba un rosario y se le cantaba, no faltando familias
que se asomaban desde sus casas para ver pasar la perenigración.
En el contingente iba el párroco
de la Iglesia San juanita Eduardo
Robledo, así como hombres mujeres, y niños, y
una brigada de protección Civil interna, que guiaban el recorrido.
Una vez en el Santuario de
San Juanita se realizó una misa en honor de la Virgen, a la cual asistieron
personas que venían en la peregrinación, así como feligreses que ya aguardaban
la llegada del contingente para comenzar con la ceremonia
religiosa.
Tras la ceremonia religiosa,
los niños que se preparan para su primera comunión, mostraron sus talentos, con
la representación de las cuatro apariciones de la Virgen Guadalupe, y como la
madre de Dios, no escogió un sabio, un rico, o un sobresaliente para pedirle se
hiciera un templo en el cerro del Tepeyac, sino al más humilde de sus hijos
Juan Diego, que llevo rosas en su tima al fray Juan de Zumárraga, que se
arrodillo al ver que en la tima se había
estampado la imagen de la virgen y le pidió
perdón por haber dudado.
Cantando tu eres la madre de
Dios, concluyeron su participación los niños del catecismo, y finalmente se realizó
un rosario en su honor.
De acuerdo a la representación,
El sábado 9 de diciembre de 1531, Juan Diego a los 53 años, se encaminaba a
misa y al pasar por el cerro del
Tepeyac oyó un canto que no era de esta tierra,