Por Martín Cruz R.
Debate en que por unanimidad se concluyó que el mayor error de Judas no fue entregar a
Jesús por 30 denarios de plata, sino el no arrepentirse como lo hizo Pedro que
negó al Salvador en tres ocasiones antes de que cantará el gallo y poco después
llorando al cielo pidió perdón desconsoladamente.
Luego
me imagine ya fuera del debate en la calle camino a casa, sintiéndome incómodo
preso en mis pensamientos, como si algo hubiera faltado por aclarar, como qué
tal si Judas se arrepintió en el último instante entre la vida y la muerte
terrenal, ahorcado o tropezado, eso no lo sabemos por qué esa sería en condición
interior oculta a todos, excepto a Dios.
Todo
este juego de imaginación nace por aquella revelación privada que le hizo Jesús
a Sor Faustina kowaiska, de acuerdo con un sermón emitido por el presbítero Samuel
Bonilla, en el que el mismo Señor de la Divina Misericordia le dijo a la Santa,
"Si supieran el destino de Judas abusarían de mi misericordia"
La bondad de Dios es infinita y misericordiosa y tal vez en ese último segundo entre la vida y la muerte el tesorero del Evangelio pudo tener una sincera actitud de penitencia en su interior, porque para Dios todo poderoso, omnipotente y amoroso no hay nada imposible, o que tire la primera piedra el que no tenga un pecado chico o grande del que arrepentirse.
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